TORRIJAS DE LECHE

Ya va llegando la Semana Santa y este postre es muy típico de estas fechas. En sus orígenes, allá por el 1610 ya se asociaba a la Cuaresma tal vez por la necesidad del aprovechamiento de pan ya que por estas fechas, al no poder comer carne, se comía también menos pan.

Existen múltiples variantes de torrijas comenzando por el pan que puede ser corriente o especialmente preparado para esta elaboración (pan que se comercializa por ahora ya en las panaderías). Algunas recetas sustituyen la leche por vino tinto... más recientemente se sustituye la leche de vaca por leche de soja,  se pueden endulzar con azúcar, con miel, con un almíbar, en fin, un mundo de recetas.

En otros países también existen variantes como en Francia que tienen el "Pain perdu", en Reino Unido "French Toast", en Portugal  "Rabanadas", en Argentina y Uruguay "Torrejas", en México "Pan francés", supongo que cada país tendrá su propia receta para reciclar el pan.

Hasta hace un tiempo me parecían muy engorrosas de hacer ya que había que ensuciar muchísimos cacharros y estar un buen rato metidos en la cocina. Pero una conocida me dijo cómo las hacía ella y me pareció mucho más sencillo y rápido, y ésta es la receta que os voy a contar hoy.

Ingredientes

• Una barra de pan (preferentemente del día anterior)
• 1 litro de leche
• 3 huevos
• 1 rama de canela y la peladura de un limón
• 4 ó 5 cucharadas de azúcar
• Una cucharadita de canela
• Aceite de girasol en abundancia

Poner a calentar la leche junto con el azúcar y la rama de canela hasta que empiece a hervir. Retirar del fuego y dejar enfríar un rato, hasta que esté templada.

En un bol batir los huevos y añadir la leche ya templada, batir bien con unas varillas.

Poner en una sarten honda aceite abundante a calentar y cortar el pan en rebanadas gruesas al bies, para que queden un poco más grandes, e ir empapándolas (pero que queden bien blanditas) en la mezcla de la leche y huevos.

Cuando el aceite esté bien caliente ir friendo las torrijas cuidando que no se quemen pero que queden bien doraditas y sacarlas a un plato con papel absorbente para escurran el exceso de aceite.
Ponerlas en un plato y espolvorearlas bien con una mezcla de azúcar y canela molida. Se pueden comer recién hechas calentitas o frías.

Espero que os gusten y que con esta forma de elaboración no os dé tanta pereza el hacerlas.