Concasse es un vocablo francés que significa simplemente "cortado finamente", es otra de las salsas básicas que hay que tener en la nevera para cualquier imprevisto, ya que nos puede servir para acompañar una carne, pescado, un bocadillo, una base de pizza, etc. O al igual que con la cebolla caramelizada, para usarlo en un guiso y ahorrar tiempo en picar, sofreír y demás.
Podéis usar tomates frescos y escaldarlos, pelarlos y cortarlos, pero yo utilizo latas de tomate en conserva troceados que venden en cualquier tienda. La precaución es sacarlos a un colador y dejarlos unas horas para que suelten la máxima cantidad de líquido (este líquido, y puestos a ahorrar, se puede usar como zumo de tomate, que aquí si se puede evitar no se tira nada).
Ingredientes:
2 botes de 1/2 kilo de tomate troceado (en total 1 kilo, no sé si habrá latas tan grandes)
3 dientes de ajo muy picados
1 hoja de laurel
Pimienta en grano (como una cucharada)
Aceite Virgen Extra, sal y azúcar (para rectificar la acidez del tomate)
En una sartén se pone aceite (como 5 cucharadas) y se sofríe el ajo picado, cuando vaya cogiendo color se añade el tomate, la hoja de laurel, la pimienta en grano y se deja cocer a fuego medio hasta que toda el agua de los tomates se haya evaporado, le vamos echando sal y probándolo ya que si está muy ácido habrá que echarle una pizca de azúcar. Al final, cuando ya esté cocinado le podemos añadir un poco de orégano. No tiene que quedar como un tomate frito sino que se deben de notar los trozos de tomate.
Al igual que la cebolla caramelizada, se guarda en un tupper o tarro de cristal y se va usando a medida que nos haga falta.
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