miércoles, 29 de agosto de 2012

NEW YORK CHEESECAKE O TARTA DE QUESO AMERICANA

Como hace mucho que no pongo nada dulce se me ha ocurrido hacer esta tarta superfácil que es la favorita de todo neoyorkino que se precie, de hecho no hay cafetería en Nueva York que no la tenga en sus mostradores junto con  los apple pie, brownies, donuts, etc. Todavía recuerdo en la serie Friends cuando Rachel y Chandler se pelean por una tarta de queso hasta el punto de que se la comen del suelo, seguro que los que, como yo, seáis fans de esta serie lo recordáis.

Es una tarta muy fácil que no necesita horno, lleva muy pocos ingredientes y el resultado es muy llamativo y queda muy bien para un cumpleaños o como un final perfecto para cualquier comida. Para cuajarla yo utilizo agar-agar que es un alga gelificante y que podéis encontrar en cualquier supermercado o herbolario, en polvo o en tiras; si no la encontráis podéis usar gelatina neutra en polvo siguiendo las instrucciones de la caja, pero animaros a usar agar-agar ya que tiene numerosas propiedades, no aporta ningún sabor y es mucho más natural que la gelatina.



Ingredientes

  • Un paquete de galletas María
  • 100 gr. de mantequilla
  • 250 gr. de queso cremoso tipo philadelphia
  • 1 brick pequeño de nata líquida de montar
  • Una medida del brick pero de leche
  • 3 cucharadas colmadas de azúcar (si sois muy golosos 4 cucharadas)
  • 1 cucharada de aroma de vainilla (se puede suprimir si no se tiene)
  • 15 gr. de agar-agar.
Ingredientes para la cobertura de fresa
  • 4 cucharadas colmadas de mermelada de fresa o de arándanos
  • 1/4 litro de agua
  • 5 gr. de agar-agar
Derretir la mantequilla y junto con las galletas triturarlo todo con una batidora. Forrar un molde redondo con papel film (para poder desmoldar la tarta fácilmente) y repartimos la pasta de galletas por todo el fondo apretando bien con una cuchara para que no quede ningún hueco vacío. Meter este molde en el congelador mientras preparamos la crema.

En un cazo echar la nata, la leche, el azúcar, el aroma de vainilla y poner a fuego medio. Cuando esté caliente añadir el queso cremoso y el agar-agar, dejar cocer 10 minutos removiendo de vez en cuando, ya que el agar-agar necesita cocer en un líquido durante este tiempo para que gelifique. Finalizado este tiempo sacar el molde del congelador y cubrir la galleta con la crema, aunque os parezca que la crema de queso esta muy líquida es como tiene que quedar ya que espesa cuando enfría. Reservar en la nevera durante 15 minutos para que se endurezca.

En otro cazo poner la mermelada elegida con el agua y el agar-agar y llevar a ebullición, dejar cocer a fuego medio también durante 10 minutos. Echamos esta cobertura por toda la crema que la cubra bien y dejamos enfriar en el frigorífico.


Aunque el agar-agar espesa muy rápido una vez fuera del fuego, lo ideal para este New York Ceesecake es dejarla reposar toda la noche y servirla bien fría acompañada de nata, helado o simplemente sola.

Espero que os guste.


viernes, 24 de agosto de 2012

POLLO RELLENO

Ultimamente suelo comprar un pollo grande entero cuando está en oferta y me he vuelto una profesional a la hora de partirlo: hago trozos pequeños con los muslos, contramuslos y alitas y con ello preparo, por ejemplo, Cuscus de pollo; con las pechugas o bien hago filetes o bien este plato que hoy nos ocupa y, por último, con todos los restos de huesos y carcasa preparo un caldo. El único secreto es un buen cuchillo y un poco de maña.
 
Por eso se me ocurrió esta receta, ya que tenía una pechuga de pollo en la nevera dando vueltas durante algunos días y no me apetecía hacerla rebozada con huevo y pan rallado. Es superfácil de hacer, queda muy rica y es otra manera de preparar la pechuga de pollo para que quede jugosa y rica, también se puede hacer con un solomillo de cerdo o con un trozo de cinta de lomo. Esta receta puede ser perfectamente un plato de aprovechamiento para utilizar restos de fiambres o quesos que tengamos por la nevera que es, en definitiva, lo que hice yo.



Ingredientes (para dos personas, si sois más doblar las cantidades)
  • Una pechuga de pollo entera
  • Dos lonchas de jamón de york o de pavo
  • Dos lonchas de queso para fundir
  • 1 cucharada de orégano
  • 1 cucharada de pimienta
  • Sal y aceite de oliva virgen extra.
Dividir la pechuga de pollo en dos mitades, salpimentarla por todos los lados y espolvorearlas con el orégano. Dorarlas en una sartén a fuego fuerte por todos los lados, no se tienen que cocinar solo quedarse bien doraditas. Reservarlas en un plato hasta que se enfríen.

Cuando se hayan enfriado, hacerles dos o tres cortes profundos a lo ancho. Ir rellenándolas con el jamón york y el queso. Ponerlas en una fuente de pyrex apta para el microondas y regarlas con el jugo que ha quedado en la sartén después de dorarlas.

Meter en el microondas y cocer a la máxima potencia durante 6 minutos y listas. Como ya habían cogido color al dorarlas en la sartén, aunque se cuezan en el microondas quedan con un aspecto muy rico y muy jugosas.

Espero que os gusten. Feliz fin de semana a todos.

martes, 21 de agosto de 2012

BERENJENAS MARINADAS

Esta receta la vi en un blog de cocina: "El Comidista" y como me gustan mucho las berenjenas y casi siempre las hago de la misma forma, se me ocurrió copiarle la receta aunque con algunos cambios, pocos, pero, claro, algunas cosas no las tenía en ese momento. El resultado fueron unas berenjenas muy ricas, cremosas con muy poco aceite, y, además, un plato que se puede hacer en cantidad e irlas comiendo poco a poco ya que duran varios días en la nevera bien tapadas, y os aseguro que están mejor de un día para otro. Se pueden comer solas de aperitivo o como acompañamiento de un primer plato y tanto en frío como en caliente.

Aunque las mejores berenjenas se dan en los meses de mayo y junio, su temporada abarca hasta príncipios de otoño, con lo cual ahora encontramos riquísimas berenjenas para preparar este plato.



Ingredientes (para cuatro personas)
  • 2 berenjenas hermosas
  • 1 diente de ajo
  • 1 trozo pequeño de jengibre fresco
  • 1 lima
  • 1 cucharada de albahaca fresca picada
  • 1 cucharada de orégano
  • Aceite de oliva extra virgen
  • Azúcar
  • Pimienta negra recién molida y sal
Cortar las berenjenas en rodajas gruesas de más o menos un dedo de ancho. Ponerlas en remojo en agua fría con abundante sal y dejarlas durante media hora para que pierdan el amargor.

Aunque la receta original de "El Comidista" las hornea 20 minutos a 180º por cada lado, yo las hice durante 7 minutos en el microondas por cada lado con un chorrito de aceite y me quedaron blanditas y estupendas, elegid vosotros la forma que mejor os convenga.

Preparar la marinada en un bol poniendo: medio vaso de aceite de oliva extra virgen, el diente de ajo picado, el trozo de jenjibre fresco cortado en dos o tres trozos, el zumo de media lima o de medio limón,  media cucharada de pimienta negra recién molida, la albahaca fresca picada, el orégano y media cucharada de azucar. Reservar.

Cuando las berenjenas estén asadas y frías ponerlas en un recipiente grande, verter la marinada por encima y mezclar suavemente. Meter en la nevera y de vez en cuando removerlas para que se empapen bien de la marinada.

La receta original lleva en vez de orégano, menta fresca picada pero yo no tenía y la sustituí por el orégano, la próxima vez que las haga intentaré encontrarla porque le tiene que dar un sabor más fresco. A la hora de servirlas retirar el jengibre ya que tiene un sabor muy fuerte y picante.

El acompañamiento ideal para este plato seria este tzatziki o salsa de yogur que publiqué hace unos días en mi blog. Espero que os guste.

viernes, 17 de agosto de 2012

BIENMESABE O CAZÓN ADOBADO

Si hay algún plato que nos recuerde a las playas de Andalucía, a chiringuito, a olor a mar y a pescaíto frito, ese es el bienmesabe y como estamos en verano y algunos no vamos a oler el mar este año, pues se me ha ocurrido poner esta receta para que, por lo menos, nos consuele hasta el verano que viene.

El cazón es un escualo o tiburón que se empezó a pescar en España en la bahía de Cádiz hace algunos años. Vive en fondos de bastante profundidad y se alimenta de peces varios y de crustáceos o moluscos. Su peso puede llegar a los 50 kilos y su temporada es el verano. Su precio fresco es bastante elevado (alrededor de 30 euros), pero el que se consigue por aquí es siempre congelado y con un precio bastante más económico (no suele superar los 4 euros) aunque éste último es importado probablemente de Senegal. Tiene una carne blanca, tersa, sin espinas un poco insípida, por lo que este adobo le va que ni pintado. Se puede sustituir por mero o emperador, pero no es lo mismo.


Ingredientes (para cuatro personas)
  • Dos rodajas de cazón hermosas
  • 4 dientes de ajo
  • Una cucharada de pimentón de la vera
  • Una cucharada de orégano
  • Una cucharada de cominos
  • 2 hojas de laurel
  • Una cucharada de sal
  • 1 vaso de vinagre
  • 1 vaso de agua
Para la fritura
  • Harina de rebozar (si podéis encontrar harina de garbanzos, típica de la fritura andaluza, no dudéis en utilizarla)
  • Aceite abundante
Le pedimos al pescadero que nos limpie el cazón, le quite la espina o hueso y nos lo parta en trozos no muy grandes. Ponemos el cazón en un recipiente de cristal y le vamos añadiendo: los dientes de ajo con su piel pero dados un golpe para que suelten aroma, las hojas de laurel partidas, el pimentón, el orégano, los cominos y la sal, damos unas vueltas. Le añadimos el vaso de vinagre (que se puede sustituir por vino blanco) y el vaso de agua, de forma que quede todo cubierto, volvemos a removerlo.

Lo tapamos y lo dejamos macerar en la nevera un mínimo de seis horas, aunque está más rico de un día para otro.

Pasado el tiempo se escurre en un colador, se reboza por harina, se sacude el exceso de ésta y se va friendo por tandas en aceite muy caliente hasta que esté dorado y crujiente. Con una ensalada fresquita de lechuga, tomate y cebolla es una comida estupenda para, como he dicho antes, comer en la playa o en casa recordándola.

Espero que os guste. Feliz fin de semana a todos.

lunes, 13 de agosto de 2012

TZATZIKI O SALSA GRIEGA DE YOGUR

Esta salsa tzatziki (de nombre impronunciable) o "τζατζίκι" como se escribe en griego (más impronunciable todavía), es una salsa muy fresca característica de las cocinas griega y turca; se emplea en los meze que es una selección de aperitivos variados a los que suele acompañar una bebida alcohólica. También se le puede añadir agua (como hacen en Turquía) y convertirla en una deliciosa sopa fría que ellos llaman cacik.

Sirve de acompañante para prácticamente cualquier cosa: desde una carne a la plancha, una ensalada, unas verduras cocidas... cualquier cosa que se nos ocurra. Es muy sana, muy refrescante y facilísima de hacer y además nos dura dos o tres días preparada, bien tapada, en la nevera.


Ingredientes

  • 1 Pepino grande
  • 2 pepinillos en vinagre
  • 2 Yogures griegos (200 gr)
  • 1/2 cebolla o cebolleta
  • Menta, a ser posible fresca o hierbabuena
  • 1 diente de ajo
  • zumo de medio limón
  • Aceite de oliva
  • sal
Pelar y rallar el pepino y dejarlo escurrir en un colador unos diez minutos para que suelte la máxima cantidad de agua. En el vaso de la batidora ir poniendo el pepino rallado, los pepinillos cortados, la cebolla, el diente de ajo, el zumo de limón, los yogures y un chorrito de aceite de oliva. Batir hasta que quede todo bien mezclado pero no completamente triturado, que queden trocitos, añadir sal al gusto, la menta picada y un poco más de aceite de oliva. Servir muy frío.

Una forma muy rica de utilizarla es: abrir un pan de pita por la mitad, añadir tomate en rodajas, lechuga cortada finita, una pechuga de pollo a la plancha cortada en trozos y unas cuantas cucharadas de tzatziki por encima. ¡Riquísimo!

jueves, 9 de agosto de 2012

LENTEJAS EN ENSALADA

Esta mañana tenía decidido hacer lentejas guisadas para comer, pero al ver el día de calor que nos esperaba y la pereza enorme que me daba tener que cortar cebolla, ajo, etc. y sofreirlo todo y cocerlo todo y comerlo humeante... pues he pensado que mejor las preparaba en ensalada.

Y la verdad es que ha resultado un plato refrescante y muy rico (y eso que yo no soy una gran amante de las lentejas) y además, al añadirle huevo y atún, un plato único.

No me voy a enrollar con los beneficios, vitaminas, hierro, etc. que tienen las lentejas porque creo que todos las conocemos ya y ésta es una forma de comerlas en verano sin sudar la gota gorda.



Ingredientes (para cuatro personas)
  • 400 gr. de lentejas pardinas.
  • Una cebolleta fresca mediana.
  • 2 tomates frescos
  • 2 huevos cocidos
  • 2 latitas de atún en aceite de oliva
  • Aceite, vinagre y sal
He utilizado lentejas pardinas porque se pueden cocer sin tenerlas en remojo la noche anterior, pero podéis utilizar la que os guste más o la que tengáis en casa, también podéis, sobre todo si tenéis prisa, utilizar un bote de lentejas en conserva escurriéndolas muy bien de su líquido y lavándolas debajo del grifo. También podéis sustituir el atún en aceite por atún al natural y el plato os va a quedar igual de rico pero mucho más light.

Poner a cocer en la olla superrápida las lentejas sólo con agua, el tiempo que os indique el fabricante de la olla. Cuando estén cocidas, escurrirlas, pasarlas por agua fría y reservarlas.

Cortar el tomate en trozos pequeños, la cebolla en juliana y los huevos cocidos también en trozos. Añadírselo todo a las lentejas cocidas ponerle también el atún desmenuzado, si lo usáis en aceite de oliva echárselo también, teniendo la precaución de poner menos aceite después.

Aliñar con sal, aceite y vinagre y remover con cuidado. Servir frío pero no recién sacado de la nevera. Al día siguiente está mucho más rica.

Espero que os guste.

lunes, 6 de agosto de 2012

CARPACCIO DE TERNERA

Esta receta es refrescante, fácil y con poca cantidad resulta bastante saciante por lo que, aunque utilicemos una carne mucha calidad como solomillo no nos va a salir demasiado cara.

La invención de este plato es muy curiosa y como casi siempre las grandes innovaciones culinarias proceden o de errores o, como en este caso, de algún aprieto en el que se ha visto algún chef de fama. Por los años 30 Giuseppe Cipriani chef del Harry's Bar de Venecia se encontró que un día una condesa que era una muy buena clienta de su establecimiento, le indicó que su médico le había prescrito comer carne cruda debido a algún tipo de anemia que padecía, ni corto ni perezoso se le ocurrió cortar unas láminas finísimas de carne de buey y aliñarlas con mayonesa, mostaza y salsa perrins. Tanto le gusto a la susodicha condesa que volvió a poner en un aprieto al chef al preguntarle el nombre del plato y el pobre Giuseppe aprovechando que en esos días en Venecia se mostraba una exposición del pintor Vittore Carpaccio, cuyas obras se caracterizaban por los colores rojo y amarillo contesto: Carpaccio de Buey. De esta forma nació un nuevo plato para la gastronomía internacional.

Actualmente aparece en la carta de todos los restaurantes italianos del mundo y, por lo visto, el mejor es el que se come en Venecia. Además, aparte de con carne de ternera o buey, se prepara con pescado, con marisco, con fruta, con setas...


Ingredientes (para cuatro personas)
  • 400 gr. de solomillo de buey o ternera
  • 150 gr. de queso parmesano o grana padanno
  • Aceite de oliva virgen extra
  • Una cucharadita de mostaza de dijon
  • El zumo de un limón
  • Sal y pimienta
Congelar durante cinco o seis horas el trozo de solomillo envuelto en papel film. Sacarlo del congelador y en cuanto se pueda cortar, pero que esté todavía duro, hacer lonchas finísimas con un cuchillo bien afilado. Ir colocándolas en un plato sin superponerlas demasiado. Ponerle sal y pimienta.

En un bol poner el zumo de un limón, la cucharadita de mostaza, tres o cuatro cucharadas de aceite de oliva y un poco de pimienta, batir hasta tener una cremita espesa y rociar bien todas las láminas de carne. Hacer virutas con el parmesano y ponerlo abundantemente por encima, finalmente regar con un hilo de aceite de oliva virgen extra y pimienta recién molida. Servirlo inmediatamente, este plato no puede guardarse de un día para otro.

Espero que os guste. Feliz semana.

viernes, 3 de agosto de 2012

BLINIS CON SALMON MARINADO

Un blini es una tortita regordeta, una especie de crepe de origen ruso, aunque también se consume en Polonia, Bielorrusia y Ucrania. Está compuesta de harina, huevos, leche y levadura y puede comerse cocida en el horno o cocida en una sartén. Sirven como base para diferentes tipos de pescados ahumados acompañadas de nata agria y huevas de pescado. En sus países de origen se acompañan con vodka.

Hace algún tiempo los probé en un restaurante ruso que hay en Madrid, en la zona del Viaducto y me parecieron deliciosos, por lo que el otro día me decidí a hacerlos yo misma y el resultado fue bueno aunque no tan bueno como los recordaba cuando los comí.

Por lo demás, actualmente, se pueden comprar ya preparados tanto los blinis como la nata agría en los buenos supermercados que tengan delicatessen, pero son fáciles de preparar e infinitamente más baratos. En el caso del salmón marinado con lo que los acompaño también se puede sustituir por salmón ahumado.


Para preparar el salmón marinado podéis ver esta receta de mi blog bacalao marinado que se puede adaptar perfectamente al salmón y esta otra tartar de salmón que va muy bien también para poner por encima de los blinis.

Ingredientes para los blinis

  • 150 g de harina
  • 2 huevos
  • 150 ml de leche
  • 100 g de crema agria
  • 7 g de levadura de panadería en polvo (o el doble de levadura fresca)
  • 1 cucharadita rasa de sal
  • Mantequilla o aceite de girasol


  • En un bol poner el harina y la sal, remover. Añadir la leche templada, la levadura, los huevos y la crema agria, remover hasta conseguir una masa espesa pero todavía líquida. Dejar reposar la masa cubierta con un paño durante un par de horas para que aumente un poco de volumen.

    En una sartén antiadherente poner una pizca de mantequilla y cuando esté caliente añadir un cazo de masa y dejar que se cueza bien por un lado y, cuando veamos que la superficie de la masa empieza a burbujear, es el momento de darle la vuelta. Así uno a uno hasta terminar la masa. A mí me salieron como 12 blinis.

    Con un cortapastas redondo ir formando blinis del tamaño de un canapé, poner por encima una cucharada de cema agria, si no la encontráis la podéis sustituir por una crema de queso a las finas hierbas aligerada con un poco de nata o también añadir a un yogur griego una cucharada de limón. Colocar el salmón marinado por encima y adornar con un hilito de aceite de oliva.

    Espero que os guste.